Científicos consiguen conservar intacto un hígado durante 3 días antes de su transplante

La nueva tecnología empleada no solo podría aumentar la disponibilidad tanto de receptores como de órganos disponibles para trasplantes, sino que abre la puerta a tratar dichos órganos con medicamentos antes de realizar la operación y disminuir las posibilidades de rechazo

Actualizado a

Operación de cirugía
Foto: David Mark / Pixabay
Héctor Rodríguez
Héctor Rodríguez

Editor y periodista especializado en ciencia y naturaleza

En la actualidad, existe una brecha cada vez mayor entre la demanda de trasplantes de hígado y el pequeño número de órganos disponibles. Además, la práctica clínica habitual a la hora de realizar un trasplante de estas características, es conservar los hígados de los donantes durante no más de 12 horas en hielo antes del trasplante, por lo que la cantidad de órganos que pueden ser compatibles con los receptores de trasplantes es limitada y la posibilidad de que este órgano pueda llegar un receptor se reduce.

Ahora, no obstante, según informa un artículo publicado en la revista Nature Biotechnology bajo el título Transplantation of a human liver following 3 days of ex situ normothermic preservation, un paciente ha recibido por primera vez un hígado humano que se ha conservado sano durante 3 días fuera del cuerpo del donante, gracias a una llamada máquina de perfusión, una tecnología que podría ampliar la cantidad de hígados disponibles para trasplante y, al mismo tiempo, permitir que la cirugía se programe con días de antelación, lo que posiblemente salve vidas.

El nuevo hallazgo fue realizado por el equipo del experto en cirugía de trasplantes de la Universidad de Zurich, Pierre-Alain Clavien, el cual demostró que es posible conservar un hígado humano durante tres días fuera del cuerpo utilizando una máquina que realiza una técnica conocida como 'perfusión normotérmica ex situ', mediante la cual el órgano, mientras está fuera del cuerpo, recibe sangre a la temperatura corporal normal.

El hígado se trasplantó a un paciente que padecía varias enfermedades hepáticas graves, como cirrosis avanzada e hipertensión portal grave. El hígado trasplantado funcionó normalmente, con lesiones mínimas ya que el flujo sanguíneo de los vasos internos pudo recuperarse. Después de la operación, únicamente fue necesario un régimen inmunosupresor básico durante las primeras seis semanas, un paso protocolario en las operaciones de trasplante. El paciente recuperó rápidamente la calidad de vida sin ningún signo de daño hepático, como rechazo o lesión de las vías biliares y los científicos informan que se mantiene saludable un año después de la cirugía.

Los autores advierten que se necesita más investigación, con más pacientes y períodos de observación más prolongados para certificar la idoneidad de esa nueva técnica. Sin embargo, sus resultados sugieren que dicha tecnología no solo podría aumentar la cantidad de órganos de donantes potenciales disponibles, sino también mejorar la posibilidad de tratar los órganos de donantes con medicamentos antes del trasplante.